Estudio del chorito revela capacidad para adaptarse a cambios ambientales

En el mar interior de Chiloé y en el seno de Reloncaví se ubica más del 60% de las instalaciones de miticultura y se realiza casi el 99% de los desembarques de mitílidos. Científicos investigaron seis bancos naturales, dos de ellos en Chiloé, revelando que la variación anual de semillas se podría explicar por el éxito reproductivo del mejillón.

El chorito chileno (Mytilus chilensis) es un molusco endémico de Chile que se encuentra desde el río Tirúa hasta Punta Arenas, entre las regiones de Bíobío y Magallanes. En estas zonas forman bancos naturales de juveniles y adultos, donde se reproducen y generan larvas o ”semillas” que pueden transportarse por más de dos semanas en la columna de agua.

Actualmente, esta especie es de los moluscos que más se cultivan en Chile, incluso, según Sernapesca (Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura), el 99% de los desembarques del recurso es por la mitilicultura. Sin embargo, para poder desarrollar su cultivo, se necesita capturar las semillas desde los bancos naturales. Por lo tanto, la actividad depende de las poblaciones naturales del chorito o mejillón chileno, transformándose en un importante sistema socioecológico, sobre todo en el mar interior de Chiloé y en el seno de Reloncaví, donde se ubican más del 60% de las instalaciones de mitilicultura y se realiza casi el 99% de los desembarques.

En este contexto, dos investigadores de la Universidad Católica del Norte (UCN) y del Instituto Milenio en Socio – Ecología Costera (Secos), realizaron un estudio en el que evaluaron la estructura genética espacial y temporal de Mytilus spp. de seis bancos naturales, ubicados entre las regiones de Los Ríos y Los Lagos, desde Mehuín por el norte hasta Yaldad en Chiloé por el sur, durante cuatro años consecutivos.

”Conocer la diversidad y diferenciación genética es muy relevante, porque es un nivel de la biodiversidad que subyace a todos los otros niveles. En este estudio utilizamos la estructura genética en la geografía y en el tiempo” explicó Pilar Haye, autora principal de la investigación, académica de la UCN y directora alterna del Instituto Milenio Secos.

Resultados

Los resultados demostraron que existe una alta diversidad genética en los seis sitios de estudio, y que la distribución de esta fue homogénea en todos los bancos naturales analizados. Este hallazgo podría sugerir que el chorito tendría una diversidad genética suficiente para responder a cambios en el ambiente, como el cambio climático, la acidificación u otros fenómenos.

Además, la investigación halló algo de variación entre los bancos en los años analizados, lo que podría sugerir que su éxito reproductivo varía en el tiempo, lo que implica que la disponibilidad de semillas no sería igual todos los años, tal como lo han reportado mitilicultores que trabajan en estas zonas.

”Las poblaciones naturales del chorito sustentan casi completamente al sistema socio – ecológico de la mitilicultura basado en su cultivo, por lo que estudiar en detalle cómo varía la diversidad y estructura genética entre varios años, provee información relevante sobre su biología y aporta elementos importantes para su sustentabilidad”, reafirmó Nicolás Segovia, coautor del estudio e investigador del Instituto Milenio Secos.

De esta forma, según se indicó, esta investigación espera aportar conocimientos para una adecuada gestión de los bancos naturales de chorito y la sustentabilidad de este sistema socio – ecológico.

Fuente: La Estrella Chiloé.

AMICHILE
Author: AMICHILE

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